Ya ha entrado el calor, y de qué manera. Tenemos que salir a partir de las ocho y media de la tarde porque antes no hay quien asome el bigote a la calle. Menos mal que me han puesto una mini-piscina en el balcón y ahí echo las tardes sin pena ni gloria.
Pero la verdad es que en ésta no voy a aprender a nadar; sirve para chapotear y poco más.
Otra opción es irnos a los parques cercanos para jugar en el césped, el inconveniente es que luego me pica todo.
El sábado a mediodía no perdono unas tapitas, la primera, ¡de pepino!
Nada, que si queréis la receta, me la preguntáis.
Y bueno, os diré que el sábado por la noche dormí poco. Es que no sabéis la que se lió en la calle por la ascensión del Granada C.F. a Primera división. Una locura, tanto, que el domingo tuvimos que escaparnos de la ciudad para que no nos pillara
¿Que dónde fuimos? Ahora os lo cuento.
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