miércoles, 21 de septiembre de 2011

Mi primer cumpleaños


Lo prometido es deuda; aquí estoy, después de la resaca del cumpleaños, dispuesto a contar lo que ha dado de sí mi primer cumpleaños. 

El día de antes en Granada tuvimos fiesta y mi madre se pasó toda la mañana en la cocina, preparándome la merienda para llevar al día siguiente a la guarde. Aquí la tenéis, un bizcocho y unas galleticas para mis compis.


Por la mañana, como siempre, me llevó mi padre a la guarde, donde me habían preparado una fiesta las maestras.


Me cantaron el cumpleaños feliz, nos comimos las galletas y el bizcocho...


... y como todos los días, a echarnos la siesta


Por la tarde, a la villa, a por más sorpresas


aquí estoy abriendo los primeros regalos

Y el sábado más. Para celebrar el cumpleaños, mis padres decidieron hacer una barbacoa en casa del abuelo. Y se lo curraron, me pusieron hasta una guirnalda de Pocoyó.


En esta foto estamos con toda la tropa


y aquí, la tarta de Pocoyó, que aunque no se ve muy bien, era chulísima



 La vela no la soplé porque sé que a mi madre le hacía ilusión soplarla ella, pero el Pocoyó me lo comí a mordiscos.

Y cómo no, después vino la piñata. Os lo he dicho, en esta casa no se celebran muchos cumpleaños, pero cuando se ponen, no hay quién les gane




Y hasta aquí mi primer cumpleaños ¿Qué más le puedo pedir a la vida? muchos años para seguir celebrándolo y que todos lo veáis.


P.S. Os dejo una foto de hace un año y así me decís si he crecido o no. En ésta tenía tres días de vida y una cara de monillo...















martes, 13 de septiembre de 2011

Hace un año...

...estaban mis padres como locos ultimando mi llegada. Sabían que cuando llegara iban a poder hacer pocas cosas, así que estaban poniendo a punto la casa para darme la bienvenida.


Mi padre no encontró otro momento (en nueve meses que llevaba avisando que iba a llegar) de ponerse a hacer obra que 20 días antes de que naciera. Y claro, no sabéis la que tenían liada. Mi madre estaba de los nervios de ver la casa patas arriba y polvo por todas partes.

Así que hasta tuvieron que echar manos del abuelo para que les ayudara a limpiar cristales


Y no os vayáis a equivocar; que mi madre con el barrigón que tenía también se dio la paliza de limpiar para que todo estuviera como los chorros del oro.

Mi padre hasta tuvo que planchar las cortinas


Pero bueno, todo quedó tan bonico que me animé a salir de ahí dentro...



Una cosa nada más. Desde que nací la casa es un caos, a ver si un día os hago una foto y veréis la de juguetes, servilletas, chupetes, etc... que tengo por el suelo. Parece que han venido los marcianos, y sólo estoy yo...

Próxima entrada: ¡mi primer cumpleaños!


lunes, 5 de septiembre de 2011

Primer día en la guarde

¿Cómo me iba yo a imaginar que un día me iba a levantar y no iba a ver la cara de mi madre? Eso para mí era inconcebible hasta el jueves pasado, que me levanté y por más que la busqué no la encontré. Por lo visto se había ido a trabajar y ¡me había dejado con mi padre! No si ya me extrañaba a mí que la abuela se viniera el miércoles para estar unos días aquí. Además había estado viendo una mochililla sospechosa llena con mis cosas; un babero que mi madre había estado marcando a punto de cruz con mi nombre... 
Además me habían dado un corte de pelo para que fuera bien guapo. Y ¡me habían llevado a hacerme unas fotos de carné!








Tenía que habérmelo imaginado.


Aquí estoy en la pelu, con Cristina que me estaba dejando bien guapo para la ocasión


En ésta estoy con mi padre, todavía no sabía por qué me habían vestido así.


Aquí ya empiezo a sospechar, ¿dónde me llevan a las nueve de la mañana?


Pues a la guarde! No me lo pensé dos veces para irme con la seño.


Y una vez dentro, pues a jugar con los juguetes, que hay muchos


De momento, solo puedo decir que me encanta ir a echar la mañana allí; todavía no tengo amigos, pero todo llega.