sábado, 29 de octubre de 2011

De mayor quiero ser...

Es que llevo unos días que no sé qué voy a hacer con mi vida. Algunos están pensando ya en mi futuro, como la tita Asun, que quiere que sea motorista. La verdad es que maneras no me faltan. Fijaos qué bien me sienta la Harley del tete Jose.


A ver si cuando sea grande me la deja para encandilar a las pivitas, jeje.

Porque en la mía...


solo quepo yo. Y es que la tita no ha pensado en una posible acompañante, ¿verdad? Para montarla me tuvieron que encerrar en la caja, porque quería enchufarla yo (mecánico)

fijaos




Con lo bien que se me da a mí dar martillazos...

regalo del primo Fernandito, "gracias tío, tú sí que sabes"


Y como llevo tantos días sin actualizar, os voy a enseñar lo que más me divierte. Meterme en el cajón de las sartenes (cocinero)


Aunque también me encanta tocar el piano. Es que cada vez que veo uno se me van las manos y parece que me viene la inspiración divina.


Y poco más, agradecer a tita Lu y tito David la cena que me prepararon. No os perdáis las mini-pizzas que me hicieron, ¡riquísimas! y qué os voy a decir de la tarta de queso


Y hasta aquí la entrada de hoy, que por ser sábado me he levantado a las ocho de la mañana. Es que sabía que nos íbamos a Zújar y me he dicho ¡vamos Guillermito, no vaya a ser que te dejen aquí! que no te puedes fiar de nadie. Así estaba yo esta mañana


¡Feliz puente de los Santos! El que lo tenga, claro, que yo el lunes tengo cole. 


mi manualidad de Halloween (¿a que pinto bien? es que a lo mejor quiero ser artista)









jueves, 13 de octubre de 2011

Mercado medieval

¡Todavía estoy que no salgo de mi asombro! Por unos días nos hemos transportado a la Edad Media, ni más ni menos. No os asustéis, que no tenemos una máquina del tiempo ni mucho menos, es solo que detrás de casa han puesto un mercado medieval y hemos ido rigurosamente todos los días a pasar el rato.


No sé si lo apreciáis bien, pero de mi boca cuelga una baba enooorme. Éste ha sido mi estado natural desde que entrábamos hasta que salíamos de la feria. Todo me sorprendía. Aquí estoy viendo el puesto de cetrería (los pájaros, vamos) y había algunos que eran más grandes que yo, por ejemplo, el búho real. Además de estar ahí, el señor que los cuidaba sacaba a pasear a alguno de ellos. Sólo os digo que el águila me rozó la melena, ¡ay, qué susto!


Había muchos puestos de oficios de la época, como cantero, destilador de aguarrás, un señor haciendo objetos de vídrio, otro que se dedicaba a hacer trillos, etc.

Y cómo no estaban los músicos con sus instrumentos medievales ¡Una pasada! Yo era oír la música y mis brazos no podían quedarse quietos. 


Y por si esto fuera poco, también había títeres para los niños, cuentacuentos, figuras extrañas varias


... y la estrella del mercado: el dragón


Para quiénes os preguntáis si me dieron miedo estas criaturas, os tengo que decir que no. Había muchos niños por ahí llorando, pero yo disfruté como un enano. Hasta me atreví a meter la mano en la jaula de las brujas


Y además me compraron unos juguetes de madera que tenemos que colgar en mi cuarto, en cuanto los pongamos os enseño fotos. Y mi padre se compró una higuera para ponerla en el salón. No os asustéis, es un bonsai. Ya os pondré fotos más adelante.



Y para rematar este fin de semana tan extraño, el miércoles, día del Pilar nos fuimos a pasar la tarde con tita Lucía y tito David, que me regalaron un chandal bastante pijo. Con ellos me lo pasé genial porque no paraban de consentirme todos los caprichos. A lo mejor me voy con ellos a pasar unos días a Chicago, aunque aún no lo tengo claro porque me han dicho que allí hace mucho frío y me da no sé qué tener que salir a la calle con miles de abrigos, bufandas, orejeras y demás accesorios.
De todas maneras, me lo pensaré.











domingo, 9 de octubre de 2011

El día del Ángel

¡Qué ganas tenía de que llegara este día! Claro, el año pasado era muy chico y no me veía cogiendo la rosca, pero este año he ido a por todas. 
Para el que no esté muy puesto en las festividades del pueblo, os diré que esta fiesta se celebra año tras año el dos de octubre. Por lo visto, la tradición data del siglo XVI, cuando se arruinaron las cosechas por un ataque de langosta y las gentes del pueblo decidieron hacer una colecta de harina y trigo para poder dar de comer a todos los niños. 


En esta foto solo se ve un lado, pero se ponen bastantes más cestas, así que imaginaos cuántas roscas se repartieron ese día. A mí me las dio Manuel, dos ni más ni menos, como a todo hijo de vecino. Aunque como mi padre tenía un poco de enchufe, le dieron unas cuantas más. Yo estoy al fondo, comiéndome una, porque no sabéis el hambre que tenía,  la procesión se alargó y terminamos cogiendo las roscas a las dos y media, y porque mi madre se coló... y es que entre la espera y el calor, me iba a dar un jamacuco.


Aquí estoy un poco desencajado ¡Qué buenas estaban!


Me parece que en la plaza también daban vino, pero mis padres no me llevaron allí. No quieren que le tome el gusto tan pronto, jajaja.

Ah! que ya ando. Parezco un pato mareado, pero me defiendo yo solo. Además he dado un estirón, ya mido 81 centímetros, casi el metro y peso 11,200 kg. Como veis aunque parece que estoy gordo, es solo una ilusión óptica, porque desde julio estoy en los 11 kilos y ni subo, ni bajo. Además desde que entré en la guarde cogí un súpervirus que no me deja vivir. Tengo mocos para dar y regalar, me está saliendo una muela fea de grande y ahora han hecho aparición las llagas en la boca (cinco tengo), y no puedo comer ni chupar mi chupe como a mí me gusta. Mi padre está todo el día persiguiéndome con jarabes varios y pomadas para las llagas. Menos mal que ahora han descubierto el aftasone, que será medicamento, sí, pero viene en forma de piruleta y está dulce y no hay quién me lo quite de la mano. A ver si me pongo bien y vuelvo a ser el Guille que era, que estoy harto de quejarme.