Después de tanto tiempo sin dar señales de vida, hoy me toca escribir una entrada un poco larga. Yo creía que durante este mes no había hecho nada y recopilando las fotos en el ordenador me he dado cuenta que algo he hecho.
Como mi padre está en la recta final de la carrera, pues casi no salimos a ningún sitio. De hecho, desde San Isidro no hemos vuelto a ir a Zújar... ¡ay, San Isidro! que se nos chafó el día. Nos fuimos con toda la ilusión del mundo de romería y al final tuvimos que subirnos a la cochera de la tita Rocío. ¡Una pena!
|
¡fijaos que llevaba hasta bota de vino! |
No me llevan a la playa, con lo bien que me vendría para curarme de los mocos y de las otitis que me ocasionan. Y estos dos se creen que, con ponerme una mini piscina (por llamarlo de alguna manera) con un palmo de agua y juguetes varios, en el balcón del piso, me voy a creer que estoy en el Cabo de Gata. A ver, que soy chico, pero no tonto.
Esta es mi pisci, de Doraemon, y este mi bañador, de Snoopy
Y para colmo dice mi padre que me la va a desinflar porque estoy obsesionado con ella. Si por mí fuera me pasaría el día jugando con el agua y con los muñecos, pero ellos solo me dejan un rato cronometrado.
Esta semana ha sido el Corpus en Granada y como hacía mucho calor y mi madre está un poco floja por las mañanas no me ha llevado al centro. Así que hemos estado los dos haciendo un poco de todo:
leyendo,
viendo fotos,
cocinando,
levantándome con una sonrisa de oreja a oreja sabiendo que no hay guarde
y por la tarde-noche con mi padre, al parque:
Y para ser justo, diré que me subieron al centro a ver a la Tarasca y a los gigantes y cabezudos. Además de montarme en el tiovivo ecológico de Bib-rambla
|
los chacolines me daban miedo y nos tuvimos que ir de allí rápidamente
|
Y por último os voy a enseñar unas fotos de una escapada a Úbeda que hicimos para escuchar un concierto de piano. El sitio, para volver un fin de semana a relajarse y ver Baeza, que no nos dio tiempo y me han dicho mis padres que es preciosa.
yo, como siempre, durmiendo
Ahora, hasta el día 28 que entrega mi padre el proyecto fin de carrera, vamos a estar sumidos en el más puro retiro monacal. Espero que mi madre me siga dando caña, porque si no a ver quién aguanta en este pueblo con el calor que hace y sin darle a la pata.
En fin, hasta aquí he llegado. Voy a ponerme mi camiseta de España y a ver el fútbol con mi padre.