domingo, 3 de abril de 2011

Ikea Family


Pues nada, que el otro día por la mañana me levanté dispuesto a arreglar el mando que había roto días atrás, cuando de repente, me dijeron que nos íbamos a Ikea. Total, que me arreglaron para la ocasión y nos fuimos para Málaga. Todo el viaje durmiendo, para variar y cuando llegamos allí, me colgaron en el pañuelo para que pudiera verlo todo y no me perdiera ni un detalle (si necesitáis saber dónde hay cualquier cosa, me lo preguntáis)


Me regalaron un potito y un zumo y por no hacerles el feo me los comí. 


Por cierto, que me compraron una trona como esta, para ver si como igual de bien en casa.


3 comentarios:

  1. Guapo, más que guapo! Que estás para comerte. Ya verás la de disgustos que le esperan a tu madre porque con esa carilla y con quince años... no me lo quiero yo ni imaginar. Vas a tener a las niñas locas perdías (si Guillermo, aún no lo sabes, pero las niñas con quince años nos ponemos tonticas con los niños guapísimos como tú!)

    ResponderEliminar
  2. Por cierto, me quedo estupefacta con esas piernas que te gastas. Dios mio que roscas!

    ResponderEliminar
  3. Pues imagínatelo tita, que el primo también te dará algún disgusto que otro y antes que yo, fijo. Además que con ese pelillo rizao y ese acento sevillano las tendrá a todas en el bote.

    Lo de las piernas... estoy que me rajo con la uña, jajaja

    ResponderEliminar