jueves, 5 de mayo de 2011

Domingo de Fiestas

Aparte de ser el día del cerro fue también el día de la madre, y ¿qué mejor regalo que unas sonrisas para la mía? Bueno, como soy tan detallista le regalé un carrito para su pulsera



Pues nada que a las 8:30 am ya me tenían en pie. Y es que la procesión sale muy temprano y como no iba a subir al cerro, pues qué menos que acompañar a la Virgen hasta la Erilla Empedrá.


El día amaneció con una niebla intensa y parecía que se iba a aclarar el día, pero todo lo contrario. Hizo un día malo malísimo. Arriba hizo muchísimo frío, tanto que mucha gente subió y bajó antes de comer. Mi padre no. Él aguantó como manda la tradición.

Nosotros nos quedamos en el pueblo hasta que llegó la hora de la procesión de bajada. Y allí estaba yo, vestido otra vez de moro. No me hizo mucha gracia que me despertaran de mi siesta para ponerme el trajecillo, pero a ver quién le hacía la contra a mi madre en su día...


Y al final hizo buena tarde, salió el sol y todo. 


Ya en la plaza hicimos unas fotos y nos quedamos a ver los papeles. Bueno, nos subimos al piso de la abuela, para poder verlos mejor.


Aquí estoy con los primos. La foto deja mucho que desear, pero es que el primo Fernando y yo no teníamos ganas de estar sentados sino de dar bandazos con las capas. Estábamos los cuatro requeteguapos, ¿o no?







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