Todavía estoy que no doy crédito a lo que he visto. El miércoles estábamos en casa de la abuela cuando de repente empezamos a escuchar una charanga. Salimos a la calle y vimos a tres reyes montados en ¿tractores? decorados y que no paraban de tirarnos caramelos. Había muchas luces de colores, sonidos y miles de niños corriendo de un lado para otro. Por lo que pude deducir, eran los Reyes Magos, ¡sí! Así que nos bajamos corriendo a casa del abuelo a poner los zapatos en la chimenea y esa noche me acostaron pronto. Por la mañana me despertaron y salimos al salón, todavía con legañas, y adivinad, allí había un montón de regalos y casi todos eran para mí. Los abrimos y estuvimos jugando un buen rato.
A mediodía subimos a casa de la abuela y esperamos a los primos para abrir los regalos que habían dejado debajo del árbol de navidad. Sin comentarios, mejor os pongo una foto...
No hay comentarios:
Publicar un comentario