domingo, 9 de octubre de 2011

El día del Ángel

¡Qué ganas tenía de que llegara este día! Claro, el año pasado era muy chico y no me veía cogiendo la rosca, pero este año he ido a por todas. 
Para el que no esté muy puesto en las festividades del pueblo, os diré que esta fiesta se celebra año tras año el dos de octubre. Por lo visto, la tradición data del siglo XVI, cuando se arruinaron las cosechas por un ataque de langosta y las gentes del pueblo decidieron hacer una colecta de harina y trigo para poder dar de comer a todos los niños. 


En esta foto solo se ve un lado, pero se ponen bastantes más cestas, así que imaginaos cuántas roscas se repartieron ese día. A mí me las dio Manuel, dos ni más ni menos, como a todo hijo de vecino. Aunque como mi padre tenía un poco de enchufe, le dieron unas cuantas más. Yo estoy al fondo, comiéndome una, porque no sabéis el hambre que tenía,  la procesión se alargó y terminamos cogiendo las roscas a las dos y media, y porque mi madre se coló... y es que entre la espera y el calor, me iba a dar un jamacuco.


Aquí estoy un poco desencajado ¡Qué buenas estaban!


Me parece que en la plaza también daban vino, pero mis padres no me llevaron allí. No quieren que le tome el gusto tan pronto, jajaja.

Ah! que ya ando. Parezco un pato mareado, pero me defiendo yo solo. Además he dado un estirón, ya mido 81 centímetros, casi el metro y peso 11,200 kg. Como veis aunque parece que estoy gordo, es solo una ilusión óptica, porque desde julio estoy en los 11 kilos y ni subo, ni bajo. Además desde que entré en la guarde cogí un súpervirus que no me deja vivir. Tengo mocos para dar y regalar, me está saliendo una muela fea de grande y ahora han hecho aparición las llagas en la boca (cinco tengo), y no puedo comer ni chupar mi chupe como a mí me gusta. Mi padre está todo el día persiguiéndome con jarabes varios y pomadas para las llagas. Menos mal que ahora han descubierto el aftasone, que será medicamento, sí, pero viene en forma de piruleta y está dulce y no hay quién me lo quite de la mano. A ver si me pongo bien y vuelvo a ser el Guille que era, que estoy harto de quejarme.




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