Pues sí, por fin llego a casa después de estar todo el finde fuera. Estos dos me tienen machacao. El sábado nos fuimos al pueblo y hemos estado de casa en casa. Todos me querían coger en brazos, hasta que me enfadaba y la única manera de que me dejaran descansar era ponerme a llorar como un energúmeno. Y ya no me quería coger nadie, jeje, sólo mi madre.
En fin, que esta tarde hemos llegado a casa y ha aparecido el tito Jorge con un chaquetón súper-mega-chulo. Estoy deseando crecer un poco para ponérmelo. Anda que no voy a chulear yo con él.
Y nada más, me han bañado como Dios manda y me he tomado mi peazo biberón. Y lo demás, ya es historia.
Os dejo, que voy a pegar la oreja.
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