sábado, 25 de agosto de 2012

"Operación pañal"


Después de estas semanas de relax mis padres han decidido que mis días con el pañal se han acabado. En realidad su intención era intentarlo y si no lo conseguíamos volver a él en septiembre.



Sin embargo, a mis 23 meses recién cumplidos, puedo decir que lo he conseguido y que he superado la prueba. Ahora en lugar de pañales llevo calzoncillos (de la talla 4-5 para ser más exactos)



Aquí estoy haciendo lo que más me gusta del mundo: regar las macetas. En el huerto me puedo permitir ir sin ropa interior, por eso ha sido tan fácil quitarme el pañal.

Y os dejo otras fotos de mis vacaciones en Zújar


de gitanillo

de tapas en "la V"





Jerez de la Frontera


Esta fue nuestra segunda parada, Jerez. Aquí nos fuimos a un hotel de pulserita de los que quería mi padre (una y no más dice ahora). Si es que nosotros somos de darle a la pata, y eso de tener que quedarnos en un mismo sitio a desayunar, comer y cenar no nos va. 
El hotel de lujo, eso sí. Tenía una piscina en la que te podías perder 


Desayunábamos con cisnes y la cama era para no encontrarte con nadie durante la noche.



La comida genial, aunque a mí me dio por comer solo pasta, pepino y melocotones. Mi madre cree que me estoy volviendo vegetariano, porque no veáis el verano de fruta que llevo. Y otro detalle para volver a este hotel, cada dos por tres te encontrabas un coche descapotable al que poderte subir. Estuve por traerme uno a casa.


Como no íbamos en el mismo plan que el resto de clientes -a descansar-, entre comida y comida organizábamos excursiones. La mejor de todas fue cuando nos fuimos al Zoo de Jerez, ¿cómo iba a imaginarme adónde me llevaban?


Para empezar, lo primero que veo cuando llego al parque es un pedazo de tren verde ¡con lo que me gusta a mí cualquier medio de transporte!

Y después, animales de principio a fin. Vimos de todo; jirafas, hipopótamos, un tigre, un león, monos, avestruces, canguros, loros... un sinfín de animales.


Pero me quedo con el chimpancé, al principio me daba un poco de miedo, pero con el tiempo me hice amigo de él.


Los camellos que había allí son los de los Reyes Magos -según me contaron mis padres- Por lo visto los dejan allí durante todo el año para que descansen. ¡Tampoco está mal, trabajan una noche y el resto del año se lo pasan holgazaneando! ¡De mayor quiero ser camello! ¡Uy!, qué mal suena esto, rectifico: ¡De mayor quiero ser Rey Mago! Que trabajan  lo mismo y está mejor visto.



Otro día nos fuimos a ver el Alcázar que está bastante bien conservado y  la catedral. Nos gustó mucho, además es que nos hizo muy buen tiempo -nada de olas de calor- y pudimos disfrutar de grandes paseos.



Y otro día, nos fuimos a Cádiz que también nos encantó. Nos la pateamos de cabo a rabo. Nos gustó la vista de la catedral desde el paseo marítimo, esa que sale en todas las postales. 





Dice mi madre que tenemos que volver otro fin de semana, porque nos supo a poco. A ver si se animan y nos vamos en carnavales, ¿quién se apunta?


martes, 21 de agosto de 2012

Sanlúcar de Barrameda

¡Hola! Después de tanto tiempo sin dejarme caer por aquí, ya estoy de vuelta. Si en la última entrada os decía que estaba planeando las vacaciones, ahora os puedo contar cómo han sido estos días de agosto.

Al principio estuvimos barajando irnos a Tenerife, Mallorca, Menorca, al Algarve... planes no nos faltaron. Así que me hice el DNI por si acaso


Aquí me tenéis, serio como yo sólo pero guapo (como dice la abuela). De momento no lo he podido utilizar porque al final no salimos de Spain; nos fuimos para Cádiz.

Primera parada: SANLÚCAR DE BARRAMEDA

Casi sin pensarlo allí nos plantamos, en un hotelito en pleno centro, sólo teníamos que andar unos pasos para ir a cualquier sitio.


Nos encantó el pueblo, la playa, la comida, la luz... ¡todo! yo me quiero ir a vivir ahí.


Los chiringuitos de la playa... lo mejor con diferencia. Porque mientras mis padres se tomaban unas cervecitas fresquitas con sus correspondientes tapas, yo me lo pasaba en grande jugando en la arena y buscando conchas.

El hotel tenía una piscina en la parte de arriba; chiquitina, pero para mí suficiente

aquí empecé a tirarme de cabeza
El tiempo que nos hizo fue perfecto, fresquito, sin pasar calor. Por eso nos hinchamos de dar paseos y de comer en las terrazas.


También hubo tiempo para hacer turismo cultural... no seáis mal pensados






Aquí estoy en el Castillo de Santiago y en las fotos que siguen también, en la Plaza de Armas



A desayunar nos íbamos a una plaza donde había una pajarería y yo estaba deseando que llegara la hora del bibe mañanero para ir a ver a los conejos y los pollos.


Otra cosa no, pero animales he visto de todas las clases. Por las tardes íbamos a la Plaza del Cabildo a hacerles una visita a las palomas




y después a los caballos


Tampoco me puedo quejar de no haberme montado en los columpios de los parques y en los cacharros de la feria




Y hasta aquí nuestras vacaciones en Sanlúcar. Lo único que puedo decir es que quiero volver en breve, que tampoco nos pilla tan lejos.















miércoles, 1 de agosto de 2012

Por fin... ¡vacaciones!

¡Biennnnn! por fin llegaron las vacaciones de verdad, las de no ir a la guarde un miércoles a las 9 de la mañana. Creía que no llegaría el día, pero al final, llegó.


Las últimas semanas han sido pseudo-vacaciones y no me puedo quejar porque he hecho muchas cosas.


Hemos estado en la playa...


Los abuelos han venido a visitarme...



con el abuelo, haciendo el borrico



con la abuela, que me quiere quitar el pañal a toda costa
Y yo fui a visitar al primo Fernando a casa de sus abuelos de Priego. Allí sí que me lo pasé bien. Desde que llegamos no paramos de jugar ni un solo minuto, y claro, eso pasa factura. A las 10 de la noche me fui para el coche porque necesitaba descansar.




primero jugamos en la tierra con los "aiones"
y como acabamos tan sucios, nos metimos en la piscina


con manguitos, flotador, sin manguitos dándome una ahogadilla
aquí estuvimos hasta que nos sacaron a la fuerza, porque no nos queríamos salir


y luego echando carreras con las bicis, ¡madre mía cómo corre el primo, es un peligro!

También sigo con la lectura...


Y con mis baños de asiento...



Ahhh! y mi palabra estrella: "yayo" o sea, abuelo. Que conste que no me lo ha enseñado nadie, que es mi manera de llamar al abuelo, es que lo digo tan rápido que me sale eso. Al abuelo no le gusta que le diga "yayo", pero hasta que no perfeccione el idioma eso es lo que hay.

De todas maneras ahora comienza lo bueno. Luego os cuento los planes que estoy haciendo.